En la pequeña granja de mamá lulu encontraras como la vida te sonríe, desde la interacción con la tierra y sus habitantes(insectos, aves, rastrojos, árboles) hombres y mujeres raizales en la búsqueda también de un acercamiento armónico en el aprovechamiento de los servicios medioambientales locales (guadua, plátano, iraca, afloramiento acuífero, oxigeno, paisaje) para preparar el regreso de regreso a la tierra madre, una historia de más de tres décadas intentando organizar un sistema de vida que rescate las estrategias ancestrales de supervivencia: arraigo, identidad, fortaleza, soberanía… campesinos!.
Un sistema de vida que aporta pequeños granos de vida en la pacifica por resistir al desplazamiento, la injusticia social, la depredación del medio natural por los artificios y la extinción del campesino.
Lo que buscamos
- Unificación de la familia por el trabajo igualitario y compartido para rescatar la dignidad que habíamos perdido.
- Ayudamos a la naturaleza a que ella nos ayude a restaurar nuestra casa para poder compartir en ella un verdadero nicho de vida que ella comparte con nosotros, brindándonos los elementos para llevar equilibradamente este pasaje en nuestra historia (agua, oxigeno, alimentos).
- Damos participación de vida digna a otras formas existentes, cuidando su existencia – “cuidar el mogote de pasto para que el nido de mieleros que esconde sigan su natural desarrollo”.-
- La existencia de una gran biodiversidad, ya hace, que nos encontremos en un nicho donde la economía de la vida ya está presente, además de la implantación de tecnologías limpias (ariete, biodigestor, bioarquitectura, guadua, compostaje, soberanía alimentaría, entre otros) nos permite desarrollarnos en un proceso de mejoramiento continuo que se convierte en todo un sistema de microeconomía de supervivencia, donde se produce, mas que para vender , para no comprar. Intentando además, rescatar el sistema económico de simbiosis (trueque).
- Un bioturismo que emprenda otros caminos para compartir con todos aquellos que quieran, la maravillosa intención de convertirnos en aportantes para la conservación y mejor relación con la casa común a todos. Con el visitante compartimos los saberes sobre biodigestores, agricultura más limpia, bioarquitectura con guadua, además del anochecer en la compañía de los seres nocturnos del campo, en la oportunidad de caminar por la vereda de la mano del atardecer. Al amanecer un despertar entre silbos amables de los azulejos, mirlas, ruiseñores, calandrias, siriríes, bararnqueros, ciriguelos y luego un delicioso desayuno tradicional con una humeante tasa de chocolate, huevos en perico, arepa quindiana, queso, fruta fresca, y el indispensable café suave colombiano.
- Este encuentro nos da la oportunidad de llevar a los otros el mensaje de cuidar proteger respetar, amar y restaurar, verbos para aplicar en la verdadera reviviscencia de la naturaleza.